Cicatrices en el alma es un conjunto de relatos que permiten a su autora revelar las galerías de su alma, sus rincones oscuros, su infinita luz interior, debilidades y fortalezas. Es también una invitación a recorrer nuestras íntimas galerías, a entender otras maneras de sentir el mundo.
Cicatrices en el alma resulta una muestra de que escribir es andar el camino, es hacer que la experiencia dolorosa sea una fuente de creación. Sólo se debe dejar que el tiempo transcurra, que el dolor repose para convertirlo luego en pura expresión transformada en palabras que curan, palabras que animan, palabras que nos hacen sentir que la vida es, a pesar de todo, “un arco iris infinito y deslumbrante.”
José Antonio Pizzulo
.UN ARCO IRIS.
Un arco iris infinito y deslumbrante se abre en mi corazón cuando tu recuerdo me invade el alma. Nada es doloroso, todo es posible, nadie me quita la chance de tenerte en mi mente. Allí te encuentro sonriente, tranquilo, con los brazos abiertos y las manos tibias para curarme el corazón lacerado.
La certeza que la vida es maravillosa solo me la da la idea de haberte tenido cerca, dejarte cruzar en mi camino y entregar de mi vida lo que quisieras tomar.
Cuando estoy triste te extraño. No hacía falta llamarte. Si el corazón empezaba a sufrir no sé cómo lo adivinabas y antes que yo me arropara para salir a buscarte mi timbre sonaba. Detrás de la puerta, vos. Tu imagen me taladra la retina del recuerdo. Despreocupado, con los ojos rebeldes, tus ademanes de superhéroe ahuyentando mis fantasmas.
Ambos sabíamos que la maldad del mundo que nos rodeaba era insignificante porque nos teníamos. Llorábamos juntos sin miedo al ridículo, a parecer débiles. En esos momentos todo lo malo era posible de enfrentar porque adentro nuestro existía una indescriptible fuerza capaz de vencerlo todo. El corazón sangraba hasta su última gota de decepción, desencanto. Así, seco de toda amargura Dios permitía que nos curáramos con muchos “te quiero, te necesito, acá estoy para protegerte, nadie te lastimará otra vez si yo estoy cerca”. El llanto acababa en carcajadas al mirarnos en el espejo y no reconocernos por lo desfigurados que la tristeza nos había dejado.
Y así como lavados por la lluvia mansa sobrevenía la calma del silencio y en nuestras almas se inauguraba otro momento compartido. Entre risas y ocurrencias descabelladas, lo terrible, lo doloroso se rendía ante nuestra esperanza del cambio. Imaginabas todos los disparates posibles, nos secábamos los mocos y nos mirábamos a los ojos fijamente. Nos jurábamos que nunca nadie nos iba a separar. Ni el tiempo ni la distancia, ni fuerza terrenal posible. Nos teníamos y uno podía dormirse entre los brazos del otro porque conocíamos los límites que nos contenían. Yo extraño todo eso cuando estoy triste. Al separarnos la vida era un arco iris infinito y deslumbrante.
Datos del libro:
Cicatrices en el alma, de Gilda Celestino, 1a ed., Villa María, El Mensú Ediciones, 2011, 68 p.; 18x13 cm, ISBN 978-987-26641-2-1. Ilustraciones de Yamila Pachetta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario