EL MENSÚ Ediciones: Edificando sueños . Jorge Omar Falconi

Jorge Omar Falconi

Nació en Oliva (Córdoba) el 25 de abril de 1953. Cursó la primaria en la escuela General Manuel Belgrano de esa ciudad y el secundario en el IPET Nº2 de Villa María, especialidad Motores Diesel. Abandonó en tercer año.

Se dedicó al trabajo en una metalúrgica de la ciudad de Oliva donde, a los 18 años, se casó con Ana María Caballero.

En 1974 ingresa a la fila de la Policía Provincial en la Comisaria Distrito 43 de Oliva. Al crearse la Unidad Regional 7 de la ciudad de Río Tercero fue trasladado a la misma como Primer Oficial de guardia. En la repartición cumplió 15 años de servicio, jubilándose muy joven por invalidez, como suboficial.

Viviendo en barrio Cerino (Río Tercero) comenzó con la carrera de vecinalista. Fue presidente del Centro Vecinal de ese barrio por espacio de 9 años, durante los cuales se construyó la escuela Armando Rótulo.

Esa plataforma vecinal lo catapultó a la política y en el año 1991 asumió e inauguró el cargo de Secretario de Asuntos Vecinales e Institucionales de la Municipalidad de Río Tercero.

En 1995 luego de las explosiones de la Fábrica Militar de Pólvora y Explosivos, se radicó en su pueblo natal, donde fue periodista, locutor de radio, empresario, e incluso peón rural, cuidando cerdos y ordeñando vacas.

En 2011 participó de la antología Aquellos que aman, una colección de relatos de amor seleccionados por el programa radial “Viva la Radio” que conduce Rony Vargas con la historia “La vergüenza de mamá”.

La actualidad lo encuentra con una familia constituida por su esposa, cinco hijos, 13 nietos y un bisnieto.

Se dedica a recordar cosas lindas que le ocurrieron en su vida y que le producen orgullo contar.

Causas y motivos

Muchas fueron las causas y los motivos que nos llevaron a pensar en la posibilidad de construir una escuela en el barrio Cerino. Pasaban los días, los meses, los años y ningún gobierno municipal, provincial o nacional, se hacía cargo de la situación. En nuestro barrio, la deserción escolar aumentaba ya que para concurrir a clase, los niños debían recorrer varias cuadras, para llegar al antiguo colegio Armando Rótulo que se encontraba en el barrio Escuela. Existía la dificultad de cruzar las vías férreas, y hacer el esfuerzo de subir y bajar la cuesta o desnivel, ya que el lugar que habíamos elegido para vivir se encuentra en un bajo pronunciado. Cerino, estaba formado por habitantes de escasos recursos, un barrio muy humilde y con poco nivel cultural, lo que hacía sumamente difícil esta realización.

Corría 1985, año en el que se encendería una luz de esperanza, sería el momento en que en nuestras cabezas se escucharía un “clic” de aliento. El Municipio local, administrado por el gobierno radical que presidia el Intendente Dr. Omar Sánchez, y el encargado de los barrios Eduardo Porta, juntamente con la Comisión Vecinal actual cuyo presidente don Arturo Polanski, llamaron a elecciones para el día 11 de mayo en el horario de 8 a 18.

Fue así que un grupo de vecinos que manejaban la comisión de Cerino Fútbol Club, se juntaron y presentaron una lista para la ocasión. Entre ellos figuraba Enrique Dietz, Dionisio Caballero, Roque Cabral, Jorge Falconi y varios más. Se realizaron las elecciones previstas en el horario establecido, pero hubo que ampliar el mismo hasta la hora 21 por la gran cantidad de votantes, batiendo todos los récords para lo que era una elección vecinal.

Se trabajó a destajo, previamente con las propuestas y el día de la elección llevando gente a sufragar; así, de esa manera, cerca de la hora 22 fuimos proclamados ganadores por escaso margen de seis votos. Allí comenzaba una nueva etapa en la vida de barrio Cerino, con tantas necesidades, pero con un objetivo principal que era “la construcción de una escuela”. Un deseo que parecía imposible, por la carencia del barrio, sin fondos, con gente humilde, pero con muchas ganas de ver esta posibilidad

concretada.

En 15 días nos hicimos cargo y comenzamos con la idea de nuestro proyecto, pero con mucha fe y con mucho esfuerzo queríamos dar nuestro primer paso; el desafío estaba allí, solo había que tomarlo y llevarlo adelante.