20 de diciembre de 2010

"De barro y carne" - Darío Falconi


Augusto Páez dice: "¿Qué puede unir el andar de Homero, con estas nuevas formas, más de dos mil años después, de epigramas, anagramas? ¿De qué es capaz la poesía, entonces, en su búsqueda de belleza?
Los griegos invadieron Troya, y a punta de lanza, en un combate desigual, Aquiles da muerte a Héctor, el del casco trepidante. Sus hazañas pasaron de generación en generación. Homero, muchos siglos después, las cantó. Desde entonces, de las costumbres sobrehumanas que no han cesado, se destacan la poesía y la guerra. En ambas el hombre está obligado a ir más allá de sus posibilidades. Entonces el soldado y el poeta son a la misma altura, héroes.
Hoy, a miles de años de aquéllos, Darío Falconi nos presenta poemas de un amor con tanto de carnal (pero también a él se entregaba el desenfadado Paris), poemas de marido y de padre (pero Héctor también discutió su destino con su esposa, pero también meció entre sus brazos su hijo), poemas de polémica (pero también Aquiles llamó a Agamemnón “ojo de perro, corazón de ciervo”), poemas, en fin, que cantan lo mejor y lo peor del hombre, sus miserias, sus intereses, sus virtudes, desde una visión panorámica, como la de una mosca (la visión que tenían del hombre los dioses del alto Olimpo).
La poesía de Falconi busca ciegamente y a los gritos la belleza."





. Certeza .
NO.
Yo no eché todo a perder.
Corté transversalmente la carne.
Corrí la capa.
Sólo para comprobar
que todo estaba podrido.







. Deseo .
Hay un deseo que pido siempre,
que pasa un tren.
Mi Gin Tonic – Andrés Calamaro.

Siempre que cae una estrella fugaz,
tengo algún deseo para pedir.
Mi papá me dice que los trenes son mágicos como las estrellas.

Yo voy a la escuela,
cruzo el ferrocarril y siempre miro a los costados.

A veces salgo de clases
y me demoro en el camino,
junto piedritas y bichitos,
miro el cielo si está lindo,
no me apresuro en llegar a casa.

Pienso, juego, extraño,
a veces tengo suerte
y espero al tren que se asoma a lo lejos…
me siento en la gramilla,
me vibra el piso,
me galopa el pecho
y lo veo pasar.

Los trenes son mágicos”, recuerdo
mi papá es ferroviario,
yo siempre deseo lo mismo…
que me lo traiga a él.



. Esperanza .
La esperanza
es la única excusa,
que le da sentido
a la vida.



. Mosca I .



La mosca se eleva,
sólo para mirar,
(panorámicamente)
la mierda
que somos.




Datos del libro:De barro y carne, de Darío Falconi, con prólogo de Matías Atencio, 1a ed., Villa María, El Mensú Ediciones, 2010, 110 p.; 20x14 cm, (Ciudad y río; 5). ISBN 978-987-25748-5-7.-



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